Fragmentos de libros. CASA TOMADA de Julio Cortázar Cuento I:
La toma de esta casa de nuestra portada la produjo la desidia, los compromisos incumplidos, la incuria... Su dueño trazó un programa minucioso, rotatorio e inteligente para las reformas de su casa, pero demasiado poco flexible para las cuadrillas de "profesionales" que en turnos debían de llevarla a cabo. Así luego, pintores, desmontadores de amianto, fontaneros, peritos de seguros, albañiles, técnicos... no aparecían o lo hacían a destiempo, o dejaban su labor inconclusa obligando al resto de la caterva a tener que demorar el comienzo o la continuación de su cometido. El resultado fue que el ámbito quedó convertido en un amasijo de trastos amontonados, chapuzas a medias, retrasos desesperantes: Un caos inhabitable sin aparente solución que llegó a empujar a sus moradores a quedar encerrados en un cuadro flamenco del siglo XVII.
Nos gustaba la casa porque aparte de espaciosa y antigua (hoy que las casas antiguas sucumben a la más ventajosa liquidación de sus materiales) guardaba los recuerdos de nuestros bisabuelos, el abuelo paterno, nuestros padres y toda la infancia.
Nos habituamos Irene y yo a persistir solos en ella, lo que era una locura pues en esa casa podían vivir ocho personas sin estorbarse. Hacíamos la limpieza por la mañana, levantándonos a las siete, y a eso de las once yo le dejaba a Irene las últimas habitaciones por repasar y me iba a la cocina. Almorzábamos al mediodía, siempre puntuales; ya no quedaba nada por hacer fuera de unos platos sucios...
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