Fragmentos de libros. UN MUNDO FELIZ de Aldous Huxley Final I:
La novela (1932) es un crítica brutal hacia la sociedad distópica que Huxley nos preconizaba para un futuro cercano. Hay un frase atribuída a este autor (seguramente sea apócrifa) que dice: «Una dictadura perfecta tendría la apariencia de una democracia, una cárcel sin muros en la cual los prisioneros no soñarían en evadirse. Un sistema de esclavitud donde, gracias al sistema de consumo y el entretenimiento, los esclavos "tendrían el amor de su servidumbre"». Visto así, parece que en nuestra "avanzada" sociedad occidental la teórica distopía es ya una realidad: El soma tiene otros nombres e intensidades, el consumo es una forma de huida y evasión y usted y yo conocemos a muchos hombres y mujeres que tienen amor por su servidumbre (La libertad es trabajosa, ingrata, solitaria y.... peligrosa). Aún así, millones de seres humanos darían todo lo que tienen -con conservar el cuerpo y la vida les sería suficiente- por pertenecer a nuestra "sociedad distópica"; millones de seres humanos que "Un mundo feliz" no contempla como "posibles redimidos por la distopía" y que "morirían" -y mueren- por estar donde nosotros estamos.
No hay ninguna intención crítica ni peyorativa hacia la novela en lo que decimos, solo observamos y asociamos realidad-novela. Este señor de la imagen duerme en el cuchitril del cajero automático de un banco. Ha venido de lejos jugándoselo todo para estar donde está y, pasado lo peoe encuentra en un punto de partida. Sí, le rodea una incitación casi obscena al "consumo y al entretenimiento" que hasta a uno mismo le molesta, y sin embargo ese señor...
Finales de libros
Advertencia, este capítulo final es un "spoiler"
CAPÍTULO 18
...
La puerta estaba entreabierta, entraron.
¡John!
Del cuarto de baño llegó un ruido desagradable y característico.
- ¿Ocurre algo? -preguntó Helmholtz.
No hubo respuesta. El desagradable sonido se repitió, dos veces; siguió un silencio. Después, con un chasquido, la puerta del cuarto de baño se abrió y apareció, muy pálido, el salvaje.
- ¡Oye! -exclamó Helmholtz, solícito-. Tú no te estás bien.
- ¿Te sentó mal algo que comiste? -preguntó Bernard.
El salvaje asintió.
- Sí, comí civilización.
- ¿Cómo?
- Y me sentó mal; me enfermó. Y después -agregó en un tono de voz más bajo-, comí mi propia maldad.
...
Continuar FINAL de "Un mundo feliz"
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