Fragmentos de libros. EL QUIMÉRICO INQUILINO de Roland Topor Fragmentos I:
p36 ... La ceremonia ya había empezado cuando entró en la iglesia. Se sentó sin hacer ruido en la primera silla que encontró y se puso a examinar a la concurrencia. Era poco numerosa. En primera file reconoció la nuca de Stella, pero ella no se volvió. Entonces se limitó a dejar pasar el tiempo.
Nunca había sido creyente, y menos católico, pero respetaba las creencias de los demás. Por eso procuraba estar atento para imitar todos sus movimientos, para ponerse de rodillas en el momento oportuno y levantarse cuando fuera necesario. Sin embargo, el ambiente lúgubre del lugar le afectó. Al cabo de un rato se vio asaltado por un cortejo de ideas sombrías. La muerte estaba presente, la sentía por encima de todo...
...
Continuar FRAGMENTOS de "El quimérico inquilino"
Comparta, si lo considera de interés, gracias: