Veinticinco años sin ti ya.
In memoriam
Veinticinco años sin ti ya,
en el vacío dolido de tu ausencia.
Veinticinco años, que te fuiste,
a cantarle tu sueño a las estrellas.
Sintiendo cerca tu aliento dulce,
tu vuelo largo, tu mano blanca,
y tu risa abierta,
veinticinco años delatada tu presencia,
en el brillo dorado y pardo de los niños
que les nacieron a los niños de tu esencia.
Te siento siempre, en el aire,
en el pan, en la luna y en el agua;
viva y alerta en mi conciencia,
en cada pulso de mi sangre que me dice:
- No, no está muerta.
Veinticinco años sin ti ya,
en el vacío dolido de tu ausencia.
Veinticinco años, que te fuiste,
a cantarle tu sueño a las estrellas.
Dios te bendiga, F.
Para que tu vuelo, la luz de tu memoria,
nos levante en las caídas,
nos infunda la alegría en los días de tristeza
nos lave las heridas,
nos espante el desaliento y
transforme el dolor de la derrota, en fuerza.
Dios te bendiga, F.
Mi fiel cómplice que fuiste, que eres
en ese juego incierto que disputo
en el clamor nocturno que resuena en las fronteras.