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     OPINAMOS DE "LA SOLEDAD DE LOS NÚMEROS PRIMOS"  (Paolo Giordano         

SNumPrim

(Este artículo está dividido en dos partes. Si lo que le interesa es explícitamente lo que decimos sobre La soledad de los números primos, puede obviar "Una aclaración necesaria", aunque explicamos alguna cosa de nuestro sitio y del porqué incluimos este libro y no otros "best sellers"). 

UNA ACLARACIÓN NECESARIA

 

Que este sitio de fragmentos de libros está adquiriendo consideración –de la buena, la de la utilidad, a tenor del aumento constante de las personas que lo van visitando- lo constato también por las críticas que recibimos. Dicen que el fracaso no tiene amigos y que el triunfo demasiados. Nosotros no sabemos muy bien que significan en esencia esos dos términos porque nos parece que no son más que dos aspectos subjetivos y necesarios para el aprendizaje en nuestro devenir vital. Donde realmente no se encuentran afectos, donde nos sentimos muy solos, es en el trabajo duro y es a sus frutos –cuando llegan- a los que les crecen los padres putativos.  

Ninguna de las críticas negativas que nos hacen tiene demasiada importancia y si nos duelen lo guardamos para nosotros. Lo que fragmentos de libros tenga de imperfecto –que lo tiene y mucho- procede de nuestras carencias naturales. Pero eso ya no podemos cambiarlo en nosotros y además hemos vivido lo suficiente como para aceptarnos, mal que bien, como somos. Si no sabemos diseñar con gusto o nuestro conocimiento técnico no es muy avanzado y no poseemos la innata capacidad para hacerlo mejor, pues no sabemos y ya está, lo hemos hecho lo mejor que hemos podido. Debo decir aquí –creo que no está aún apuntado en ninguna otra parte- que este pronombre personal, nosotros, de primera persona del plural y que es el que utilizamos generalmente en esta página, es un plural mayestático plebeyo. No es el «nos» real aunque conlleva a lo mismo, a que puede ser trocado sin miedo al error por el de la primera persona del singular. Así que uno ha hecho lo que ha podido y sabido aunque, eso sí me lo arrogo, sin hurtarle nada a la buena intención y al esfuerzo continuo. Por tanto, mientras sea yo solo el que mantenga vivo fragmentos de libros, será como es y crecerá como crezca, porque, además, lo reconozco, a mí, para todo lo que hay que mantener aquí, ya no me da ni el resuello ni el cuero.

Una de las cosas que nos juzgan es que es una página demasiado seria y que quizás sea esa la razón por la que no abundan los comentarios. Desconozco en qué sentido nos lo dicen pero en casi todos ellos eso es un halago. Es lo que pretendemos. Sin concesiones a la galería y que no interfiera el trabajo comentarios chisposos, ocurrentes y, muchas veces inconsecuentes, banales o interesados como las que llenan muchos foros y páginas. Nosotros no tenemos nada en contra de ellos, pero en fragmentos de libros hemos trazado un círculo para que, sin el uso de la fuerza, dejarlos fuera del centro.

 Otra de las críticas que nos hacen es que no leemos y no damos cabida a las novelas actuales, a los «best sellers», y que, abundantes como son y estando publicitados hasta en la sopa, hay muchos de ustedes que les gustaría que nosotros realizáramos un trabajo de selección previo. Recibimos muchas recomendaciones de libros que han gustado mucho a muchas personas –por eso son los más vendidos- y que nos incitan a que los leamos porque nos gustarán. Y nosotros lo intentamos y, además, con la mejor de la intenciones. Algunos, incluso, los terminamos. De verdad. Pero nos gusta poco lo que leemos y nos sentimos muchas veces estafados por lo que el libro -las recomendaciones, las críticas escritas sobre él- prometía. Decididamente, la mayoría son libros vacuos, planos, libros escritos para ser consumidos y abandonados. No nos gustaría tener que poner ejemplos, aunque por el tiempo que nos hicieron perder, muchos merecerían ser expuestos aquí como en una picota.

Discúlpeme esta larga explicación que he considerado necesario realizar antes de explicar lo que podemos decir sobre La soledad de los números primos, pero es que este libro es una constatación de que no es prejuicio nuestro y que sí leemos «best sellers» y que sí los traemos a fragmentos de libros con todo su derecho, cuando nos parecen buenos libros, dignos de estar en nuestra selección y proponérselos a usted, que es con quien mantenemos un compromiso tácito de calidad.

 

NUESTRA OPINIÓN PROPIAMENTE DICHA

 

La soledad de los números primos es una excelente novela escrita por un joven físico de 26 años que consiguió un triunfo inmediato –incluido el premio más importante de Italia para escritores italianos-, que ha sido traducida a un montón de idiomas, que ha sido llevada al cine… y todo ello sin necesitar presentarse como un tocho de 600 páginas y sin que su desarrollo esté trufado de ignominias, pistolones, sangre, escenas “eróticas”, estupros, vengadores, vampiros o reinvenciones históricas. Una historia sucinta, humana, mantenida por la complejidad sicológica de dos seres a los que la vida les  retorció muy pronto, en la infancia, y que reconocen, aceptan y viven su soledad con todas sus consecuencias. Nada excepcional. Basta con ser y sentirse ajeno a los cánones de comportamiento, moda y relaciones de la sociedad occidental contemporánea, para empatizar con los mundos interiores de Alice y Mattia.

 El título de este libro es, ya de por sí, algo largo para una novela, pero aún así debería ser aún más y titularse “La soledad de los números primos gemelos”. La razón se encuentra en la propia novela y se lee en casi cualquier mención que de ella encontremos. La alegoría –es un físico el autor, es matemático uno de los protagonistas- es que un número primo, por muy grande que sea, cuando solo es divisible por el uno y por sí mismo, se percibe como un número solitario. Pero además son gemelos aquellos números primos que son casi consecutivos (11-13, 17-19…), que casi pueden tocarse, pero un número par interpuesto les impide hacerlo. Alice y Mattia, a veces extienden sus brazos –o sus labios- y se llegan a rozar pero están condenados a no poder abrazarse de verdad, a fundirse. Y es bastante desconsolador para el lector. (Es el propio Mattia el que identifica a Alice y a él mismo como dos números primos gemelos, 2.760.889.966.649, el suyo y 2.760.889.966.651 el de Alice:

Escogió el bolígrafo con más tinta de los que tenía en el escritorio, le quitó la capucha, que insertó en la punta opuesta para que no se extraviara, y en el centro exacto del folio, que calculó sin tener que contar los recuadros, comenzó a escribir. 2760889966649. Puso de nuevo la capucha al bolígrafo, lo dejó junto a los folios y leyó en voz alta:

Dosbillonessetecientosesentamilmillonesochocientosochentaynuevemillonesnovecientossesentayseismilseiscientoscuarentaynueve. Lo leyó de nuevo, esta vez en voz queda, como para aprenderse el trabalenguas. Y decidió que aquel número era el suyo. Estaba seguro de que ninguna otra persona en el mundo, ninguna otra persona en toda la historia del mundo, había pensado nunca en aquel número. Hasta ese momento, probablemente tampoco nadie lo había escrito y menos aún pronunciado en voz alta. Tras un momento de vacilación, dos renglones más abajo escribió: 2760889966651. Y éste es el suyo, pensó. En su imaginación, aquellas cifras se habían teñido del color morado del pie de Alice recortado contra el resplandor azulado del televisor. Bien podrían ser dos primos gemelos, pensó Mattia. Y si lo fueran... Consideró con detenimiento la posibilidad y buscó divisores de aquellos dos números; con el 3 era fácil: bastaba con sumar las cifras y ver si el resultado era un múltiplo de 3. El 5 quedaba descartado de antemano. Quizá había una regla también para el 7, pero como no la recordaba hizo la división en columna. Siguió con el 11, el 13, etc., en cálculos cada vez más complicados. Cuando estaba con el 37 el sueño se apoderó momentáneamente de él y el bolígrafo le resbaló por la página. Al llegar al 47 abandonó. Aquello sólido que había sentido nacerle dentro estando con Alice se había disipado como el olor en el aire y ya no lo notaba.”

En el texto, no se termina de realizar la comprobación de si esos números “billonarios” son primos gemelos, pero lo son, eso se lo aseguramos nosotros en fragmentos de libros, que lo hemos calculado).

Nos hemos decantado por incluir el comienzo -el primer capítulo completo- porque es magnífico -atrapa- y que, junto al segundo, nos cuenta las causas, el porqué Alice y Mattia son como son, y nos introduce en esa voz tan íntima, tan atenta a los detalles, que, a pesar de estar escrita en tercera persona, nos parece tan cómplice de los protagonistas como si ellos mismos fueran los que nos narraran la historia. Creemos que no serían los fragmentos de este libro -salvo alguno, como el incluido aquí- los que nos van a incitar a su lectura mejor que ese comienzo, ese "El ángel de la nieve". 

Por lo leído por ahí, muchos de sus lectores se quejan de la impiedad de esta novela para con sus protagonistas y de la rareza extrema, el aislamiento, la inadaptación de Alice y Mattia –llega a límites enfermizos, ella es anoréxica y él se automutila-, y percibe que su salvación puede producirse cuando se encuentren, cuando pueda fructificar el amor que se tienen… Y la novela avanza y no… lo que, claro, nos produce frustración como lectores. Se hace difícil de entender y asimilar ese comportamiento. Lo que podemos decir es que no nos quedan tan lejos algunos aspectos del problema porque, -y no vamos a extendernos nada en esto-, nosotros mismos hemos estado involucrados en una escuela de niños superdotados –una visión profundamente errónea tiene la sociedad sobre este colectivo- y le podemos asegurar que el problema es más real y cotidiano de lo que nos parece al leer este libro.

Por si usted le interesa este aspecto, vamos a acabar remitiéndole a un “post” que hemos encontrado en la web sobre esta novela y que nos parece muy interesante lo que aporta sobre los aspectos sicológicos-somáticos que se resaltan en La soledad de los números primos. Y ya.

Este es el enlace:  https://pacotraver.wordpress.com/2009/10/06/la-soledad-de-los-numeros-primos/

        Leer comienzo de  La soledad de los números primos:

                           LaSoledadDeLosNumerosPrimos                  

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